domingo, 11 de septiembre de 2016

Anécdotas de verano.

Hace unos días hemos vuelto al trabajo. Se está muy bien de vacaciones aunque la rutina a Quique, como a cualquier niño, le sienta de maravilla. Bromeaba con mis compañeros de trabajo diciendo que ahora empiezan mis vacaciones y es que el verano con nuestro pequeño terremoto ha sido un poco intenso. Como otros años, hemos suspendido una dosis de la enzima para irnos al menos un par de semanas fuera y así cambiar de aires. Me da pena quitarle una dosis, suprimir aunque solo sea por una semana la única oportunidad terapéutica de mejorar su calidad de vida no me gusta nada, pero en nuestro caso es necesario. Una semana sin hospital es un lujo. Nos viene bien a todos, especialmente a Quique.
Durante los meses de verano, las dos enfermeras del hospital de día en oncología, se turnan para coger sus vacaciones. La que se queda no lo hace sola. Mandan una persona como sustituta. Qué casualidad que las dos semanas que las enfermeras nuevas pincharon a Quique tuvimos un contratiempo. A mitad del tratamiento, el sistema se desconectó. Nos dimos cuenta por la sangre en las sábanas. Menos mal que lo vimos pronto... Tomad nota, si os pasa algo parecido, parad la bomba y presionad las pinzas para cerrar el sistema. Quique se mueve mucho y, probablemente, metió un tirón, pero eso lo hace cada semana y nunca se sueltan las conexiones.
Otro día, el tratamiento terminó mucho antes de lo que debería. Nuestra infusión dura unas tres horas y  media. Y aquel día, terminó en algo más de hora y media. Me quedé sorprendida, la mitad de tiempo, algo no estaba bien. La medicina pasó al mismo ritmo y de eso estaba completamente segura porque yo misma había programo la bomba. La enfermera me dijo que a veces las bolsas de 100 ml contienen menos cantidad y ahí podía estar la diferencia. Hubiera entendido una diferencia de 15 minutos, pero de hora y media me parecía muy grande. 
Al marcharnos, me di cuenta del error. El suero que usó para hacer la disolución no era de 100 ml, era de 50 ml. La mitad de cantidad, la mitad de tiempo. Debió coger la bolsa errónea de la caja de 100 ml, sin comprobar la cantidad antes de usarla. Confió en que al estar en la caja correcta sería la bolsa correcta. Pero no lo era, menos mal que no pasó nada, que Quique no tuvo ningún tipo de reacción.
Una sorpresa vino al terminar el mes de agosto, recibí una llamada de la comisión de escolarización. Quedó una plaza libre en el cole que solicitábamos. Así, Quique ya está en su cole nuevo, ese que es compatible con nuestros horarios y nos permite seguir trabajando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario