jueves, 7 de abril de 2016

El cole

Quique está bien. Las últimas pruebas no indican mejoría pero tampoco un retroceso. Y, como siempre digo, tratándose de una enfermedad neurodegenerativa la buena noticia es no empeorar. También sigue igual el tema de la histiocitosis; pronto tendremos la reevalucion en oncología pero todo apunta a que el hueso está cicatrizando correctamente y las lesiones siguen disminuyendo. 
Ahora el tema que da vueltas en nuestras cabezas es el del colegio. Necesitamos un nuevo cole para el próximo curso y parece mentira que siendo los papás maestros y trabajando cada uno en un cole, debamos buscar otro distinto para Quique.
Enrique finaliza la etapa de infantil y el curso próximo debería empezar en primaria. Sabemos que el paso a primaria no se va a producir, Quique no estaría a gusto en un aula ordinaria de primero. En un principio valoramos la posibilidad de pedir una prórroga para repetir el último año de infantil pero comprendimos que para Quique sería una pérdida de tiempo y no sería lo más adecuado. Así que nos decantamos por un cambio de modalidad en la escolarización y acceder a un aula de educación especial.
Y es aquí donde empieza mi dilema. El centro que tenemos cerca es el cpee María Montessori, un colegio de educación especial que conozco bien porque es al que acudió Santi. Un cole lleno de buenos profesionales donde todos los tutores son pt y que trabaja y funciona perfectamente. El único pero, este centro no dispone de ampliación de horario y sus horas de entrada y salida no cuadran con las nuestras. Si Quique va a este cole, yo tendría que volver a dejar de trabajar. Y, sinceramente, en este momento no me apetece nada dejar de hacerlo. Podría buscar a una persona que se haga cargo de Quique pero para dejar a mi peque con un desconocido y encima darle a él o ella mi sueldo pues... ya me quedo yo y me quito igualmente el sueldo (y me quedo yo que soy la que trabaja a jornada reducida desde hace tiempo para poder compaginar con el hospital). Sueldo imprescindible como comprenderéis y creo que no es necesario explicar nada en este sentido (las prótesis, medicinas, tratamientos en atención temprana, etc. no se pagan solos y que nadie me hable de ayudas que aún estoy reclamando la dependencia). 
También me he planteado volver a pedir la ayuda para padres de hijos con enfermedades graves, ayuda que me corresponde pero ya me han denegado en dos ocasiones diciéndome que como el niño va al cole yo puedo trabajar (claro, por eso tuve que reducir jornada). Pues para llevarle al cole precisamente, yo voy a tener que dejar de trabajar... así que... no confío mucho en esa "ayuda".
Buscando otros centros adecuados para Quique, hemos encontrado un colegio ordinario con aulas de educación especial. Fuimos a conocerlo el día de aulas abiertas y su proyecto educativo basado en la inclusión nos gustó mucho. Está a tan solo ocho minutos en coche del trabajo de su padre y además aquí si disponen de ampliación de horario. El horario de este centro sí es compatible con el horario de su padre quien podría llevarle y recogerle sin problema sin necesidad de que yo pidiera la excedencia. Perfecto.
Ahora vienen las malas noticias. El centro dispone de 24 plazas y actualmente cuentan con 25 niños. Es decir, no hay plazas libres, es más, están sobre ratio. Sabemos que una niña cumple la edad máxima de permanencia en el cole y debe abandonarlo. Aun así, el centro tendría todas sus plazas cubiertas. Además, el cole se encuentra en otro municipio, donde nosotros ni vivimos, ni trabajamos, con lo que no tenemos puntos para acceder a él. Si alguien más lo solicita y vive o trabaja allí nosotros nos quedamos fuera.
Hemos decidido solicitar este colegio en primer lugar y el Montessori en segundo. Hemos mirado más colegios pero ninguno se adecua a nuestras necesidades. Me temo que finalmente nos darán la segunda opción... Ya os contaré como se resuelve todo.

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